Los Tiempos del Paisaje Urbano
Alfonso Raposo M.
Nuestra preocupación editorial con DU & P ha tenido como trasfondo aquel hecho insoslayable de nuestra inmersión humana en aquello que reconocemos como “paisaje urbano”, pero a partir de este número queremos iniciar un periplo dedicado a la tarea de traer este trasfondo a un primer plano. Nuestro propósito es ir estableciendo los términos de un nuevo trato, de mayor intensidad con esté hecho circundante de nuestra cotidianeidad que nos establece en la vida urbana.
Inmersos en el accionar y el constituirse de la ciudad, nuestra construcción social de la realidad se despliega teniendo como referencia subyacente nuestra permanente percepción, atenta o distraída, del paisaje urbano. En éste, se encuentra inscrita la expresividad de la imagen de la ciudad, la que reconocemos esencialmente configurada por las presencias del accionar humano en el espacio citadino, el marco fisiográfico y por las relaciones situacionales de las múltiples presencias edilicias.
Podemos percibir en la motricidad de las corporeidades humanas, desplegadas en el espacio público y edilicio, la diversidad de formas y de intencionalidades operantes en la conjugación de las prácticas y patrones de acontecimientos de la ciudad. A su vez, podemos observar en las edilicias, la vasta conjugación de sus homogeneidades y heterogeneidades tipológicas y reconocer el transcurso del proceso histórico que marca los ciclos de su gestación y producción y despliega sus fases de obsolescencia. Pero debemos ir más hacia el interior de estos procesos para advertir el sentido de las determinaciones estructurales que generan el paisaje urbano. Debemos observar también, con atención, las prácticas de los agenciamientos asociados a la construcción de la ciudad y la imagen de su paisaje, para develar las significaciones subyacentes que las animan y advertir las dinámicas de coherencias e incoherencias que se generan. Tal es la tarea que realizan desde distintos puntos de vista los articulistas que colaboran en este N° de DU & P.
Las consideraciones anteriores nos han llevado a organizar este N° en tres Secciones: La primera denominada PAISAJES URBANOS focaliza una atención privilegiada en la imagen urbana y la estética de su visualidad. La segunda denominada ARQUITECTURA &URBANISMO&PAISAJE despliega los discursos organizados en torno a las relaciones que desde estos dominios se establecen para constituir el paisaje urbano. La tercera Sección denominada DOCENCIA apunta hacia el reconocimiento de la actividad académica organizada en torno a los aprendizajes estudiantiles.
PAISAJES URBANOS
La maestría del Profesor Jorge Tamés, en unas páginas, de las que se apropia con maestría, antecede los textos reunidos en un trato directo con imágenes edilicias que hacen parte esencial de los lugares residentes en el paisaje urbano. La selectividad de su mirar y la sabiduría de su mano registran en profundidad las persistencias arquitectónicas del temprano nacimiento de la condición latinoamericana que marcan la memoria y la historia de nuestras ciudades.
ARQUITECTURA &URBANISMO & PAISAJE
El arquitecto madrileño, Enrique Naranjo observa el paisaje urbano resultante del proceso de expansión de las áreas urbanas y el desarrollo de las grandes periferias habitacionales organizado desde la multiforme precariedad de las condiciones materiales de vida, ajenas a las regulaciones y formalidades de la edilicia institucionalizada. Su atención se dirige a las disonancias de una imagen urbana que contrasta con aquella comprometida con la imagen edificada según el orden arquitectónico del Movimiento Moderno. Examina en especial los esfuerzos proyectuales arquitectónicos que buscan desarrollar alternativas que permitan conciliar el desencuentro del orden formal y el orden informal. Se requerirá establecer un marco cultural de condiciones de coherencia para hacerlo posible.
En una ruta distinta, la arquitecta madrileña Virginia Arnet, explora las posibilidades de constituir un paisaje urbano en que se busca incorporar, re-significándolos, relictos edilicios yacentes en los remanentes del preterido paisaje industrial obsolescente. Su observación se dirige a las posibilidades de la historicidad del paisaje urbano y su puesta en valor por la ruta de su re-configuración patrimonial. Esta ruta se examina detenidamente para el caso de la Ciudad de Valdivia, teniendo presente las gravitaciones fisiográficas y transformaciones telúricas de su emplazamiento territorial.
Sabemos que el paisaje urbano no es sólo su presencia presente, sino también y principalmente, su memoria. Para los citadinos que hemos tenido una vida prolongada la imagen de la ciudad es también la de sus persistencias y de sus mutaciones, a veces enriquecedoras, las más veces empobrecedoras. Hay, sin embargo, otros elementos de memoria que operan como imágenes subyacentes en el paisaje urbano. Se trata de los sueños de los hombres de otro tiempo constituidos como propositividad y proyectualidad generados desde el poder de la utopía. La capitalidad santiaguina posee una rica topografía ideológica de tales elementos. Para este N°de DU & P hemos invitado al arquitecto argentino Emilio Tomás Sessa, a presentar su reflexión sobre uno de los megaproyectos más ambiciosos impulsados por la Corporación de Mejoramiento Urbano durante el gobierno de la Unidad Popular en 1972.
Finalmente, hemos reunido en DU & P dos textos que, considero hay que considerarlos en conjunto. Se trata del texto de arquitecto Sebastián Contreras y el texto del sociólogo Adolfo Estrella. El primero ha estado pensando en el paisaje urbano del futuro, ese que aún no se ha construido y cuya imagen aún no se divisa. Ha estado prefigurando la imagen de las ciudades de un mundo sin petróleo. No se trata de ese futuro enunciado en plano de las tecnotopías sino principalmente en el plano de un reposicionamiento de las relaciones y comportamientos humanos y sus prácticas de producción del espacio construido. El segundo ha estado pensando en la inmensidad del potencial humano del trabajo colaborativo en materia de de aprendizaje y despliegue de la innovación para enfrentar las tareas del presente y reconducir las transformaciones que nos esperan en el porvenir. Sebastián nos presenta aquí, elementos del discurso teórico- conceptuales y de prácticas de acción en comunidades que están aprendiendo a hacerlo y que enuncian su contexto territorial y su escenario de proyecto con una propositividad proyectual arquitectónica atenta a las condiciones del futuro. Adolfo examina elementos actitudinales del comportamiento humanos necesarios para una recomposición extensa de una trama de conciencia estructurada en base a fibras éticas y estéticas constituyentes de una red globalizada.