DU&P REVISTA DE DISEÑO URBANO Y PAISAJE
UNIVERSIDAD CENTRAL DE CHILE
FACULTAD DE ARQUITECTURA,URBANISMO Y PAISAJE, FAUP

CENTRO DE ESTUDIOS ARQUITECTÓNICOS, URBANÍSTICOS Y DEL PAISAJE, CEAUP

EDITORIAL
VOLUMEN XII
Nº28 2014

 

 

 

 

El paisaje urbano: capas de profundidad
Editorial
Alfonso Raposo M.

Sección Paisajes Urbanos.
Vivimos en el paisaje urbano.  Tan pronto abandonamos la recintualidad de nuestra casa y caminamos por las aceras que conforman el espacio público, nos encontramos inmersos simultáneamente en el micro, el meso y el macro paisaje de la ciudad.  Con percepción atenta, tomamos conciencia de las presencias edilicias cuya arquitectura se encuentra incesantemente en relación subordinada al orden establecido por los lineamientos  morfológícos de la trama de las calles y los contornos de manzana. El reconocimiento de este hecho puede parecer trivial,   pero se constituye en acontecimiento perceptual en el marco de la visión y la mano del Profesor Vladimir Pereda, al registrar lo que ve cuando mira hacia la capa de esteticidad arquitectónica que  envuelve sus recorridos por las calles de Caracas. Claramente lo que le interesa constituir como registro, se sitúa en la dimensión urbana de la arquitectura: la vivencia de las envolventes de ‘arquitecturidad’ de las calles, las fisonomías perspécticas edilicias de las fachadas que asistiendo a la convocatoria del espacio de flujo público peatonal y vehicular, lo constituyen como bien común de la ciudad y de la ciudadanía.

Pero podemos pensar en capas y envolturas en un sentido más literal, por ejemplo: respecto  de aquellas que cubren temporalmente la cara, suspendiendo la vista de lo presentado como ‘rostridad’, substrayendo las contexturas paramentales edificatorias a la percepción del convivium público, silenciando toda expresividad de sus presencias , como lo hacían las envolturas de ocultamiento  de la arquitectura realizadas por Christo Yavacheeff.  En las fotografías que realiza la Profesora Francisca Ianiszewski  se registra una estéticidad de coyuntura constituida como un manto de paz que encubre, cual mortaja, la severa cotidianeidad edilicia del Barrio Cívico de la capitalidad Santiaguina

Pero hay más capas de profundidad constituyentes de la realidad y la irrealidad del paisaje urbano. Rosario Magro sale de las centralidades de la ciudad y nos conduce a las periferias habitacionales. Sus registros, plenos de comprehensiva afectividad, ponen su atención en lo que me atreveré a señalar como un paisaje en que se despliega el ‘triunfo de lo cotidiano’. El paisaje de ‘envolturas’ habitacionales del mundo de la vida poblacional, expresando lo que no puede ocultar: el impulso y el deseo  constituido como fuerzas ‘consumariantes” urbanas, sobrepasando los constructos tecno sociales sobre ‘lo necesario’, generados en el marco del ethos bio-político, como estatuto del  ‘exitenzminimun’  para dar soporte ‘digno’ a la domesticidad.

Sección Arquitectura, Diseño Urbano, Paisaje.
La ciudad como reflejo de la sociedad y de su devenir histórico constituye un paisaje complejo de múltiples territorialidades superpuestas diacrónica y sincrónicamente. En éste paisaje es legible  el accionar del mundo de la vida, en  que se  conjugan la agencia del accionar humano y las determinaciones  estructurales del sistema social.  Ya vimos lo que nos enseña Rosario Magro en la  la Sección precedente, en especial  lo que percibe de las periferias habitacionales de la aglomeración metropolitana.  Hemos querido dar mayor contexto a esa visión presentando, en esta Sección, un texto sobre los paisajes de la marginalidad socio territorial de las ciudades latinoamericanas  a través de los movimientos cinematográficos del siglo XX.  Felipe Briceño propone en este respecto, considerar la cinematografía latinoamericana contemporánea, con especial énfasis en la representación fílmica de la ‘marginalidad avanzada’, deteniéndose en dos películas específicas que recrean la realidad hipostasiada de ese paisaje.

Pero tenemos la ocasión de ir hacia las grandes las grandes capas envolventes del Paisaje urbano. En la ciudad ha estado siempre presente el aquí y el allá de la movilidad humana, estructurada como flujos del ir y venir  o del ‘irse’ para quedarse y no volver, por largo tiempo, a veces para nunca regresar. Todo este fluir confronta  la fricción de las distancias y lejanías de múltiples modos. Se conjugan los flujos de la movilidad circulando en el espacio de lugares y no lugares, afanados en  la consecución de condiciones de esperas, salidas y arribos, con ansias de  accesibilidad. Habría que decir que tan pronto miramos sostenidamente la  superficie envolvente de la trivialidad de estas observaciones, emerge la complejidad de las capas subyacentes en que el accionar cinestésico urbano exhibe toda la condición crítica de su problematicidad, ‘vis a vis’ las fortalezas y debilidades de sus  regulaciones y controles. Es en este contexto que el análisis del Profesor Jorge Vergara Vidal asume la tarea de ingresar en el examen del paisaje profundo de la movilidad, un espacio de prácticas comprometidas con derechos humanos y con condiciones de posibilidad y viabilidad de la movilidad entrañada en la vida urbana.  Se trata, por tanto, de asuntos radicales situados en el marco de la esfera política que obligan al trato gubernamental  de situaciones que no sólo profundizan la inequidad sino que ponen en riesgo la viabilidad sistémica del régimen de concentración metropolitana, hasta colindar con el desastre socio-agencial. Cómo caso práctico en este respecto, se examina la materia a informar por la Comisión Asesora Presidencial Pro movilidad Urbana que debe darse a conocer próximamente.

Frente a la movilidad como rasgo permanente del paisaje urbano, se encuentra la presencia  presente y persistente de las edificatorias. En el marco de las capas de presencias edilicias, aquellas habitacionales han ido constituyendo  la vastedad territorial extensa del paisaje de las ciudades. Teniendo como contexto la información de revistas de arquitectura chilenas del período 1927-1973, Los arquitectos Beatriz Aguirre y Nicolás Cañas ponen su atención en la especificidad de paisaje residencial conformado por edificación en altura, en que las morfologías de bloques y torres añaden relieve a la visión de la ciudad.  Los autores sitúan este proceso en el contexto de  condiciones económicas, sociales y políticas que marcan el desarrollo urbano y perfilan los rasgos tecno-sociales de producción pública y privada del habitar construido en ese período

Siempre en el marco de la consideración del paisaje urbano, señalemos otro aspecto que estimamos relevante. Visto desde la perspectiva de su arquitectura, puede el paisaje ser considerado también, al menos en cierto sesgo de su expresividad, como fruto que da cuenta de las lógicas que prevalecen en la actividad proyectual arquitectónica que gesta sus edilicias. En este respecto hemos considerado el análisis que nos presenta el Profesor Vladimir Pereda: los modos actuales de hacer y pensar la tarea de proyectar y constituir la obra  arquitectónica. Su preocupación: la humanización del paisaje urbano como labor arquitectónica,  la capacidad de crear un entorno arquitectónico edilicio constituyente de una propuesta de mundo con sentido donde posicionarse para realizar la vida humana. Por cierto ello no ocurre en un vacío socio-político y cultural, requiere del efectivo reconocimiento colectivo para constituirse como un componente relevante de la valoración social, y de las prácticas de producción y mantenimiento del espacio, en el marco  en las transformaciones que se producen en el seno de la sociedad.

 

Sección: Docencia

Hemos sostenido el propósito editorial de tener a la vista la reflexividad  disciplinaria orientada a considerar sus prácticas de ser, de saber  y de saber hacer, en especial, en cuanto representan materias de aprendizaje a realizar a través de la docencia. Consideramos aquí dos órdenes de experiencias. Uno primero, lo propone un maestro del dibujo, el profesor Jorge Tamés  y su testimonio existencial sobre la frescura de dibujar, la capacidad mirar dejando fluir un pensamiento que concibe,  plasma, recrea y propone la realización de la imagen.  Competencia e instrumentalidad de aprendizaje para quienes desarrollan un trato creativo con el diseño y sus objetivos culturales arquitectónicos, urbanos y del paisaje.

En el marco de este trato presentamos otro orden de experiencia organizadas como presentación de competencias que realizan la concepción de imágenes.  Están expresadas como dibujos que organizan campos de propositividad proyectual orientados a objetivos de diseño urbano. Las concepciones de la imagen surgen aquí mediadas por una instrumentalidad digital de intención anticipatoria proyectual. Los arquitectos Francisco Azagra, Esteban Zamora y Felipe Zapata reúnen las imágenes que generan, conformando  un portafolio expresivo de la asociatividad que buscan desarrollar y de sus objetivos. Se advierte en éste el desarrollo de un proceso complejo de construcción de identidad individual y grupal que da cuenta de la dirección de sus objetivos y competencias, así como como el vigor de sus propuestas. Se ha incluido aquí este documento porque da cuenta de una inspirada y creativa relación entre formación académica y ruta de inserción en el quehacer profesional. Un área poco examinada desde la perspectiva docente.